
We are searching data for your request:
Upon completion, a link will appear to access the found materials.
Querían ver crecer a sus hijos en un entorno natural y tranquilo, amplitud, espacios cómodos y luminosos, zonas verdes… y encontraron esta casa, una construcción de los años 70 que llevaba años abandonada. Así que, sin pensarlo mucho, la interiorista y paisajista María Salazar y su marido Gonzalo dejaron el piso donde vivían con Jacobo, Gonzalo y Colega, una pitbull mexicana, para mudarse a la casa de sus sueños. Había que tenerlo todo listo para la llegada de un nuevo miembro a la familia, Hugo. “Somos muchos y, además, bastante activos, por lo que contar con espacio suficiente se estaba convirtiendo en una necesidad vital”, nos cuenta ella.
La distribución original era casi perfecta: “Apenas tiramos tabiques. Sí lo hicimos a la entrada, porque soy una maniática con las simetrías y había ejes discordantes que no me gustaban, y para unir habitaciones, pues no necesitábamos tantas como había, que eran muchas y pequeñas”, nos explica María quien, embarazada y con otros proyectos de interiorismo entre manos, se encargó de la reforma y decoración de su casa. La obra duró algo más de cuatro meses. “Esta vez me dio fuerte el síndrome del nido”, se ríe. “El obrón terminó un mes antes de que naciera Hugo. Para mí era prioritario estar ya establecidos cuando él llegara”.







Para la decoración, María contó con piezas de herencia familiar y escogidos muebles y complementos, algunos de su propio estudio, como la alfombra o el sofá del salón, que ella misma diseñó: “Quería un gran sofá, en un color que contrastara con las paredes blancas y el suelo de microcemento”. El arte está muy presente. Esculturas, cuadros, litografías y fotografías de artistas contemporáneos enriquecen los ambientes. “A los dos nos encanta. Mis padres son amantes del arte y de las antigüedades. Cuando éramos pequeños, íbamos los sábados a ver museos y mientras hacíamos los deberes, mi madre pintaba. Mi marido también lo ha vivido desde pequeño. Su madre estudió Bellas Artes, además de Económicas, y, durante muchos años, se dedicó a pintar. Y mi suegro era un buscador incansable de piezas. Tenían auténticas maravillas”. Con la decoración, María ha logrado una casa que habla de su familia.









Realización: Pilar Perea. Ayundante: Paula Balboa.
Contenidos relacionados


Creo que estás equivocado. Puedo defender la posición. Escríbeme en PM, discutiremos.
Ciertamente. Estoy de acuerdo con todo lo anterior por dicho.
Has dado en el blanco. Me parece que es muy buena idea. Completamente contigo, estaré de acuerdo.
En mi opinión se equivoca. Puedo probarlo. Escríbeme en PM, nos comunicaremos.